Vivimos tiempos críticos y convulsos. Tiempos de problemas complejos. Tiempos de cambio. Quizá un cambio de paradigma en algunas esferas como el ocio o la cultura del trabajo. Pero lo que es segura es una importante crisis social y económica que obligará a ser creativos y reinventarnos. Eso nos traerá nuevos problemas y necesidades, y la necesidad de explorar, por tanto, nuevas soluciones. Por todo eso vienen años de creatividad. Porque la creatividad se alimenta de los problemas. Suelo decirle esto mismo a un amigo, que siendo un gran creativo, no es amigo de escenarios ni aspavientos. «Gabriel, la creatividad no es hacer cosas raras, sino encontrar soluciones sencillas a problemas complejos y en eso eres un genio»
Efectivamente vienen años de creatividad porque vamos necesitar la actitud creativa para encontrar soluciones a las necesidades que nos dejará el covid-19. Esto es así porque la creatividad se alimenta de los problemas. De ver los problemas no una dificultad, sino un reto.
“Los problemas son a la creatividad, lo que la música al baile… ambos se necesitan, y sólo tienes que dejarte llevar”. He convertido frase en mantra personal porque resume el funcionamiento del pensamiento creativo. En primer lugar porque supone ser crítico ante la realidad. Ver y sentir, por ende, problemas o elementos susceptibles de mejora en la realidad y, por tanto, iniciar un proceso de generación de preguntas. ¿Por qué? ¿Para qué? ¿Cómo lo resuelvo? ¿Qué pasaría si…? Esa la primera clave del espíritu creativo. Hacerte preguntas que te abran nuevos caminos de exploración hacia la búsqueda.
Porque el ser creativo es una actitud de búsqueda. El espíritu creativo se alimenta de la pregunta. La pregunta, el interrogante, genera la emoción de curiosidad, lo que nos empuja a nuevos saberes y conocimientos. Nos anima a la búsqueda de soluciones. De ahí que el pensamiento crítico esté tan conectado con el pensamiento divergente o creativo. Y de ahí que ambos sean básicos y determinantes en el ser humano.
Cuando hay pregunta aparece, necesariamente aparece también la actitud de búsqueda. Efectivamente ese interrogante genera la emoción de “curiosidad”, que alimenta a su vez el deseo de una acción que satisfaga una situación de desequilibrio generada por la propia pregunta. Tanto es así que, por ejemplo, es sabido que en los mapas anteriores al siglo XV aparecen dibujados dragones y toda clase de criaturas fantásticas más allá de lo conocido. Vemos en ese tiempo como en los límites de los territorios cartografiados se dibujaban escenas dantescas de monstruos de todo tipo. Con intención de frenar, pero también con intención de no provocar la pregunta…. “¿Qué habrá allí?”. Esa pregunta provocaría curiosidad. Provocaría el deseo de saber, inherente en el ser humano. En ese momento se daba una respuesta fantástica a lo desconocido en territorios ignotos, y eso dió durante mucho tiempo una sensación de equilibrio y seguridad.
Pero un día se eliminaron esas fantásticas ilustraciones de los mapas. Cuando se eliminaron esas escenas en la cartografía, ocurrió lo esperado… Esos grandes espacios en blanco eran como una gran pregunta en las mentes de marineros y aventureros. Preguntas que nos llevaron a la época de las exploraciones porque la necesidad de dar conocimiento a lo desconocido, certidumbre a la incertidumbre.
Algo parecido ocurre en los momentos críticos o grandes crisis que nos inquietan. La inquietud, el miedo y la incertidumbre provocan preguntas, preguntas y más preguntas… Por la naturaleza del cerebro humano y su inclinación a hacer predicciones triangulando situación actual y tendencias, en las crisis no paramos de hacernos preguntas sin parar. ¿Qué pasaría si… ? ¿Cómo resuelvo para… ? Digamos, que los momentos críticos se viven en las personas con espíritu creativo como una gran pregunta. De ahí que en otros momentos históricos como la Gran Guerra, nos hayan dejado un avance científico y tecnológico, pero también grandes genios artísticos o educativos cruciales en nuestra historia. Einstein, Picasso, Montessori… sin duda, no habría emergido o producido con tanta brillantez sin haber vivido una gran crisis social.
Por todo eso sostengo que vienen años de creatividad. Que en los próximos años vamos a ser testigos de la emergencia de genialidades en todos los campos. Porque estamos viviendo una crisis global que provoca preguntas a espíritus creativos.